domingo, 27 de diciembre de 2009

Las tres últimas de Monsiváis

Carlos Monsiváis
Pobre del pobre que al cielo no va
13 de diciembre de 2009

El refrán antiguo no ha perdido vigencia: “Pobre del pobre que al cielo no va,/lo friegan aquí, lo friegan allá” (En atención a la decencia de siglos puse “friegan” en lugar de “chingan”, como en la expresión original). Esto se relaciona con los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que el 10 de diciembre da a conocer cifras a modo de plazas sembradas en dispositivos de exterminio. Según el Coneval, hasta 2008 sólo 18 por ciento de los mexicanos —19.5 millones— disponían de los ingresos suficientes para vivir y tenían a su favor todos los satisfactores, de acuerdo con la Medición Multidimensional de la Pobreza. Con su traición habitual, las cifras desmienten a los gobernantes, desde Vicente Fox que aseguró haber erradicado la pobreza hasta Felipe Calderón, que da por resuelta la crisis y luego se declara abrumado por la condición de sus gobernados.

Con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de 2006-2008, el Coneval encontró a 77.2 por ciento de los mexicanos con al menos una carencia social y a 30.7 por ciento que acumulan tres. Además, 16.5 por ciento se sitúa por debajo de la línea de bienestar mínima y 48 por ciento —una de cada dos personas — tiene un ingreso inferior a la línea de bienestar. El Presidente del Empleo es ahora el Mandatario de la Injusticia Social.

Según la medición multidimensional, el bienestar (ingreso) tiene que ver con la cohesión social y la carencia de derechos sociales —educación, acceso a servicios de salud y a la seguridad social, calidad, espacios de vivienda y servicios básicos en el hogar y alimentación. De acuerdo a esta metodología, una persona se instala en la pobreza cuando sus ingresos no le permiten adquirir los bienes y servicios indispensables para atender sus necesidades y presenta la carencia de al menos uno de los seis indicadores.

En cuanto a la población en pobreza multidimensional moderada (el término no es fácil de entender, pero lo que describe debe ser imposible de soportar), 33 por ciento de los pobladores está en ese nivel, es decir, 36 millones de mexicanos padece entre una y tres carencias sociales, además de que cuentan con menos de los ingresos ubicados dentro de la línea de bienestar que son de mil 262 pesos mensuales en el campo y de mil 921 en la ciudad.

Conviene decir que la cultura, un bien indispensable, no es tomado en cuenta como satisfactor, quizás porque resulte evidente (y fatal, en la lógica de los gobiernos) su característica de recurso inconcebible en el mundo de los escasos recursos.

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Además de las realidades aparatosas hay que tomar en cuenta el darwinismo social que se presenta como fatalismo y que es aceptado incluso por sus víctimas. Revísense las expresiones “que no dejan salidas”, a partir de la inexorable “Eres pobre porque quieres”, tan repetida por empresarios y denostadores de la idea de la desigualdad como hecho inevitable de la vida humana. Allí están otras afirmaciones de la inutilidad de la resistencia: “No te quejes de las condiciones de tu empleo, alégrate hasta las lágrimas de tener uno/ Dios nos recomendó el esfuerzo, tú te conformas con trabajar de sol a sol, y eso no es esfuerzo sino terquedad: Dios no te recomendó la rutina/ El perdón de Dios sólo alcanza a los que no rezongan por el salario mínimo/ Ayúdate que Dios te ayudará. Sí, pero Dios no ayuda a los que con tal de que no les digas flojonazos, trabajan como bestias/ Los pobres viven mal porque no quieren cambiarse de colonia/ Más vale rico y sano que pobre y enfermo/ El triunfo es un arca de Noé donde se entra de par en par y no con once hijos, la mujer, tres queridas que viven en el mismo edificio, la suegra y dos compadres a los que todavía no se les quita la borrachera. Si esta descripción te parece clasista y racista, consíguete una mejor.

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Las certezas del darwinismo social, o fatalismo, no han aceptado refutaciones: “Si naciste en la base de la pirámide, acostúmbrate a ser siempre un migrante pero de tus alrededores. Con las excepciones que son dones de la suerte o de la ilegalidad, la movilidad social no es lo tuyo. Ah, y por ilegalidad sólo se entiende la que se practica desde abajo”.

Hasta aquí lo habitual, pero la Crisis (la crisis), lleva el paso redoblado que no detendrá el 2010, no obstante los exorcismo de los gobiernos (las frases sólo blindan a las palabra que las componen). ¿Cuál es el porvenir del darwinismo social?

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¿Qué entiendo aquí por darwinismo social? Si no el proceso de erosión o destrucción de las alternativas de valoración, sí el peso de las formaciones tradicionales (el conservadurismo religioso, el clasismo, la ideología patriarcal) a las que se añaden los mecanismos del poder autoritario, de los quebrantamientos educativos y de las industrias culturales. Nada se puede hacer —es el mensaje transmitido de múltiples formas en los siglos del virreinato— si eres indio o mestizo; nada es posible, se decreta en el siglo XIX, porque vives en este caos que ni siquiera es nación; todo será inútil, se proclama en el siglo XX, si no perteneces a la élite o si no tienes sitio de privilegio en la movilidad social.

El fatalismo es un elemento primordial de la visión de la pobreza: “Ser pobre es no poder dejar de serlo”. Desde el llamado de los curas del virreinato que le exigen obediencia y resignación a los indígenas y los pobres urbanos, el fatalismo ha convertido las limitaciones económicas y sociales en rasgos de la idiosincrasia personal y colectiva. Si la desigualdad es rasgo inalterable de las sociedades, quienes la combatan fracasan de antemano. Y aquí no se debe olvidar a los políticos que a nombre del combate a la pobreza se promueven a sí mismos con intensidad, para no hablar de los protectores de la nación en el orden jurídico. Los magistrados del Tribunal Electoral ganan cuatro millones al año, es de esperar que por su defensa de los pobres.

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Allí está la letra del vals peruano: “Mi sangre aunque plebeya/también tiñe de rojo… Señor, ¿por qué los seres no son de igual valor?”. O el infaltable José Alfredo: “Yo sé bien que estoy afuera/Pero el día en que yo me muera,/Sé que tendrás que llorar”. Los epitafios sobran.

Carlos Monsiváis
No se supo pero qué importa (Primera parte)
20 de diciembre de 2009

Suerte te dé Dios que el saber poco te importa. El refrán hispano puede o no tener vigencia, pero su falla no es la escasa o nula importancia del saber, sino que la suerte no necesariamente la da Dios sino la pertenencia a una dinastía, la red de relaciones sociales, las buenas relaciones con los jefes. Por lo mismo, manejar o no entidades tan abstrusas como el idioma, la lógica, los conocimientos específicos, resulta francamente baladí, si la palabra todavía se usa. Además, ¿qué es saber a estas alturas tan visuales? Los datos por escrito (la historia, maestra del tedio) no importan demasiado, lo que cuenta son las imágenes, los videos, las muestras del photoshop. No obstante, hay que conceder espacio a los conocimientos todavía no jubilados, y por eso excavamos en el archivo y encontramos algunos ejemplos del conocimiento fast-track.

1. El que bien ignora jamás se rinde

¿Quién fracasó primero: la educación pública o la educación privada? A los convencidos de la segunda opción, les conviene revisar la entrevista en Radio Red (enero de 2004) con el ingeniero José Luis Luege Tamargo, director actual de Conagua, veterano de Acción Nacional, ex procurador federal de Protección al Ambiente. El tema: lo dificultoso del examen para elegir consejeros del PAN.

Iván: Ahora, ingeniero Luege, según nos cuenta tardó 195 minutos en contestar, ¿qué?, más o menos unas 400 preguntas. ¿Qué le costó más trabajo?, ¿qué siente usted que fue lo más complicado?

Luege: Cada bloque era de entre 50 y 100 preguntas y para mí lo más complicado fue una parte que consiste en una lectura de comprensión.

Iván: ¿No me diga que ahí se trabó?

Luege: Yo no sé quién escribió eso, pues es la cosa más complicada.

Iván: ¿Usted sí puso atención en el autor?

Luege: No, es que menciona varios autores de esos incunables, mano, complicadísimos y muy rebuscada toda la lectura, ¿no? Entonces eso a mí se me complicó pero espantoso. Pero en general, si lo haces con atención yo creo que cualquier militante puede perfectamente acreditar el examen (subrayados son cortesía del artículo).

Todavía no se acaba esta fuente de la filosofía del buen gobierno

Iván: A ver, ingeniero Luege, rápidamente. ¿Qué decía ese texto de comprensión?

Luege: (Risas) ¡¡Nooooo!!

Iván: ¿Se acuerda, o no lo comprendió? Porque si le comprendió y contestó: se acuerda.

Luege: Hablaba sobre la filosofía —digamos— de un buen gobierno, de la modernidad en el ejercicio de un buen gobierno que toma como base experiencias del pasado y prospectivas de las experiencias que ha habido como gobierno en México y en América Latina, pero créeme que era de lo más complicado.

Iván: ¿Harto difícil?

Luege: Sí, qué bárbaro, es decir, esa sí estuvo dura esa parte... Evaluar digamos, habilidad de razonamiento, también es muy fácil, son respuestas lógicas. Lo único que debes de tener es un poquito de atención, pero si te das cuenta, con esas tres partes estás prácticamente ya del otro lado, ¿no?, porque son 20, 20 y 20, tendrías ya 60 puntos, si los contestas bien y prácticamente estás ya del otro lado.

Iván: A ver, ¿usted estudió bien? Esta guía de estudio que tuvo como base, entiendo también, el Informe, el último Informe del Presidente de la República.

Luege: Bueno, yo, yo, yo…

Iván: Aquí entre nos, la verdad, ¿lo había leído?

Luege: Bueno, yo afortunadamente había leído el documento que se llama A mitad del camino del gobierno federal que está en internet, ¿no?, y eso me sirvió para algunas, algunas…

Iván: ¿Pero le dieron su guía de estudio o no?

Luege: Yo… mira… (risas) la pude leer una sola vez por falta de tiempo pero pues sí me ayudó, ¿eh?

2. Apología de la contradicción

En 2004, Armando Salinas Torre, subsecretario de Gobernación encargado de Población, Migración y Asunto Religiosos (la trinidad de las tareas idénticas), probó la nueva estrategia que a la letra dice: procede como te dé a entender tu corazón y si critican tus acciones, te corriges sin aceptar nada (“Los medios tergiversaron mis palabras... etc.”). Así, Salinas Torre declara: “No hay decisión definitiva sobre la píldora de emergencia y se constituirá un grupo científico para evaluar si es un procedimiento abortivo”. (La Jornada, 5/02/04). Y se explaya sobre el encuentro entre la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar y los secretarios de Salud y Gobernación: “Uno de los temas que se abordaron fue esta preocupación (la píldora) y la conclusión es clara: no se debatió ni se deliberó en torno a ello ni se fijaron posiciones”. ¡Qué curioso! Abordar es distinto a deliberar y a debatir, qué trilogía de verbos más incomunicados entre sí.

Salinas prosigue: “Se acordó tener una serie de reuniones entre religiosas y la Secretaría de Salud, con sus respectivas representantes científicos, para discutir este tema en el ámbito médico”. Sin demasiada amabilidad, Salinas Torre corrige al secretario de Salud Julio Frenk, que un día antes asegura: “El gobierno federal no dará marcha atrás en la incorporación de la píldora de emergencia en los métodos de planificación familiar”. Sin inmutarse, el subsecretario rectifica al doctor: “La píldora no tiene nada que ver con las relaciones de la Iglesia católica con el Estado laico”.

***

Sigue la entrevista:

P.: ¿La píldora es abortiva o no?

R.: No estoy calificado para comentar el tema porque no es un asunto que haya podido estudiar. Me la he pasado contentando entrevistas que me han impedido del todo ponerme a estudiar (dice don Armando contentando, no concertando, asunto que llevaría mucho más tiempo). Es un tema que no conozco a fondo sobre el que se delibera de manera cotidiana.

¿Qué piensa sobre la legitimidad de las amenazas de excomunión que ha proferido la Iglesia católica contra quienes utilicen la píldora (o la promuevan)?

Es justificable. Es una expresión de culto que llevan los ministros de culto de cualquier iglesia y se respeta lo que ahí puedan plantear, siempre y cuando no invadan las esferas para las cuales están expresamente señalados en la ley una restricción, y en estos casos no hay ninguna.

Carlos Monsiváis
Como usted sabe… ¿No me repite la pregunta? (II parte de las evocaciones)
27 de diciembre de 2009

La ignorancia de la ley no impide la observancia de la fe. El 2004, como todos los años, fue pródigo en expresiones del conocimiento diferido. Así, el alcalde panista de León, Guanajuato, Ricardo Alaniz Posada, no muy al tanto de las normas aprobadas por la Secretaría de Salud, se despachó con la cuchara grande del integrismo: “Le pido al ayuntamiento de León su aval moral con el fin de elevar como política pública el rechazo a la píldora anticonceptiva, pues existen dudas acerca de si es un abortivo. Si la mayoría de la población de León votó por el PAN saben que nosotros somos Provida. Tres regidores ya dieron su apoyo para que el rechazo sea tomado en cuenta como una política pública”. (La Jornada, 5/ febrero/ 04).

Del Derecho Canónico como mercadotecnia teológica

En 2004, hace apenas cinco años, la campaña del clero contra la píldora del día siguiente incluyó el aletear de las excomuniones para los enemigos del diluvio demográfico. Al advertir el fracaso de la ofensiva, el castigo se reconsidera. El arzobispo primado de México, Norberto Rivera, aclara: “La excomunión no se dará de manera automática por ingerir la píldora, sino que se aplicará a todos los que tengan la clara intención de matar un ser humano y que el asesinato se consume” (La Jornada, 2/ febrero/04). Y entonces yo daré la media vuelta, pudo haber dicho José Guadalupe Martín Rábago, otrora presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM): “No se puede decir que automáticamente una persona que toma una pastilla estará excomulgada, porque se necesita verificar que se haya cometido un aborto, delito castigado en el derecho canónico”.

De modo que no hubo excomuniones por ese tema, porque no circuló el guapo que verificase, cuantificase y certificase los abortos. Y ya en plena huida, la retractación legislativa le tocó al diputado panista José Ángel Córdova, al conducir su titubeo por el desfiladero de la incertidumbre: “En el artículo 314, fracción 8, de la Ley General de Salud, y en el Reglamento General de Salud, artículo 46, fracción 3, se menciona que embrión es el producto de la concepción, desde el momento de la fecundación hasta la decimosegunda semana. Si tenemos en cuenta esto, y que la pastilla, en algunos casos, impide que se implante el embrión, de alguna manera esto es un microaborto” (La Jornada, 2 de febrero).

De aborto a microaborto, y eso, de alguna manera. El diputado Córdova, que luego llegó a la Secretaría de Salud, hizo de la necesidad trapecio ideológico y se fue con el sol cuando murió su tesis. El diputado intuyó el delito, ¿pero quién lo denunciaba? ¡Ah, límites de la fisiología! Porque, concluyó el panista ¡presidente de la Comisión de Salud!, “Lo que pasa es que el embrión no se puede manifestar”. Y ni modo de salir con la intimidación al embrión: “Habla ahora o calla para siempre”.

A propósito del sida, hace poco “pecado mortal”

En octubre de 1997 (La Jornada, nota de Raúl García) la diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero, distribuye a los católicos de la región de Tierra Caliente un volante contra el condón, en el que se afirma que recurrir a él es “pecado mortal”. Asimismo, critica al gobierno “porque ha gastado millones de pesos a favor del condón, y aun así el sida ha cobrado miles de vidas”. El volante está ilustrado con una caricatura, en la que se representa a un diablo con un condón en la mano y frente a él una pareja de novios —se supone que el diablo los está incitando—, flanqueada por un sacerdote que carga una cruz, diciendo: “¡Hijo mío, no uses el condón!”. Aparece también un mensaje con el texto: “Si andas de andariego, usa el condón; si eres fiel a tu pareja, te recomendamos no usar el condón, porque estarías en pecado mortal, el diablo te tienta y privas a una nueva vida”.

En la publicación se agrega la sugerencia a los sacerdotes de la diócesis de Ciudad Altamirano, la cual abarca municipios de las regiones Norte y Tierra Caliente de la Pastoral Sur en Guerrero, que en sus misas alerten sobre el uso del condón y les pidan evitarlo, así como una crítica al gobierno federal.

Por su parte, el obispo de la diócesis de Chilpancingo-Chilpa, Efrén Ramos Salazar, dijo en una entrevista que en esta zona no se ha puesto en práctica ninguna campaña contra el preservativo, aunque aclaró: “Todos los métodos anticonceptivos sencillamente lesionan un orden natural; la Iglesia siempre proclamará que todos esos medios y todo lo que atente contra la vida son ilícitos”.

En 1997, también, en Signo de los tiempos, revista del IMDOSOC, el doctor Luis Cárdenas Bravo es fulminante: “No pretendemos negar el hecho inobjetable de que, en efecto, sí disminuye en un momento determinado el riesgo de adquirir el sida, pero este solo hecho, tomado así de manera aislada, nos conduce ante un planteamiento aislado de las cosas, y a pasar por alto un aspecto importantísimo: que el uso del condón como medida de protección sólo puede justificarse o tiene razón de ser en las relaciones sexuales de alto riesgo, las cuales, se sabe muy bien, son evitables…”.

Del partido de la “modernidad crítica”

Hay noticias del pasado reciente que afirman en la idea de que en efecto, como dicen sus nuevos apologistas, el PAN lleva tiempo de ser un partido que vivifica la vida política mexicana. Véase esta nota de septiembre de 1997: “Ante la denuncia de prostitutas del municipio de Vicente Guerrero, Durango, de que se les impide el libre tránsito, se les extorsiona y se les bloquea la entrada a los servicios religiosos, el alcalde panista de ese ayuntamiento, Jaime Guzmán Franco, explicó que las regulaciones consisten en evitar el paso de estas personas exclusivamente cuando andan vestidas de trabajo. Entrevistado por teléfono, el alcalde panista describió como ropa de trabajo las blusas ‘escotadas y faldas rabonas’, y consideró que esas prendas escandalizan a la población que acude a la plaza principal. Cuando estas personas andan vestidas decentemente no son molestadas por la Policía Preventiva, aclaró”.

De los álter ego de un buen gobernante

De una entrevista con el gobernador panista de Querétaro Ignacio Loyola Vera, (Nuevo Amanecer, 2 de septiembre de 1998): “—Es usual que los estadistas, los gobernantes, tengan su álter ego, ese alguien con quien uno platica, con quien uno se oye permanentemente… ¿Tiene usted alguien con quién hablar con esta frecuencia y con esta profundidad?

—Va a venir la crítica, pero es mi esposa y es Dios. Hablo también con los ex líderes patronales Bernardo Ardavín y Carlos Abascal y con el empresario local Alfonso Soto”.

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