martes, 28 de abril de 2009

Regresando a postear

Que les cuento mis estimados? Pues que he estado enfermo, primero de una gastroenteritis y después de una bolita que me salió en salva sea la parte. Nada grave salvo las odiosas visitas al doctor y los nada agradable y costosos tratamientos pero ya estoy bien aunque quizá se requiera que me hagan una operación quirúrgica más adelante. Lo bueno es que cuento con mi seguro de gastos médicos mayores para esos casos, que si no, tendría que ir al IMSS y ya sabemos que allí se requiere poner al límite el nivel de tolerancia de cada quien. Pues bien ahora, si espero volver a postear con la freuencia que lo requieren los acontecimientos del país y de la ciudad.

Ahora con todo esta zozobra y pánico por la gripe porcina ya no sabe uno si creer o no creer, si postear o no postear, no vaya a ser que en una de esas también se prohiben los saludos y acercamientos ciberespaciales. Bueno, para mis lectores que le entienden al English, aquí va una nota del Dr John Ackerman en la que habla del oportunismo sin límite de Felipillo. Ayyy legitimidad, cómo me haces falta.

An Outbreak of Opportunism

An Outbreak of Opportunism
Mexico's president is trying to use the swine flu to consolidate his power.
By John M. Ackerman
Posted Monday, April 27, 2009, at 4:09 PM ET


Link to internet version: http://www.slate.com/id/2217017/

The Mexican government's initial reaction to the outbreak of swine flu does not inspire confidence. Practically speaking, its slow response has allowed the disease to spin out of control, leading to up to 100 deaths in Mexico and 20 cases of infection in the United States. From a political standpoint, Mexican President Felipe Calderón appears to be using the outbreak to consolidate his power.

New influenza cases started appearing in Mexico City on March 18. The first death occurred April 12. But the government dragged its feet, hoping that this was an isolated case. As deaths mounted over the following days, the Calderón administration refused to take decisive action.

It wasn't until half a dozen cases were discovered in the United States that the Mexican authorities sent mucus samples to Canadian and U.S. laboratories for testing. The lab results immediately sent alarm throughout Mexico and the world. But almost a month had been lost.

A more fundamental cause of the late response is the terrible state of Mexico's public health system. Due to years of neglect by the government, the poorest patients normally need to wait for hours or even days to see a doctor. Medicines are scarce. The largest network of public hospitals recently won an "award" as the government agenc! y with the most useless red tape.

A large percentage of the poorest Mexicans therefore do not even bother to go to the doctor when they feel sick. It is more effective to self-prescribe antibiotics or anti-virals, which are easily available over the counter at pharmacies. This leads to serious problems with early detection of new diseases. To make matters worse, Mexican labs do not have the profiling data needed to detect many new viruses.

Calderón has acted with determination by closing schools and canceling public events in recent days. But such actions come late. He could have significantly reduced the severity of the outbreak if he had given priority to public health care from the beginning of his administration and responded effectively at the first signs of alarm.

In addition, Calderón has used the health crisis to concentrate political power in his hands. On Saturday, he issued a decree that places the entire country under a state of emergency.! He has authorized his health secretary to inspect and seize any perso n or possessions, set up check points, enter any building or house, ignore procurement rules, break up public gatherings, and close down entertainment venues. The decree states that this situation will continue "for as long as the emergency lasts."

This action violates the Mexican Constitution, which normally requires the government to obtain a formal judicial order before violating citizens' civil liberties. Even when combating a "grave threat" to society, the president is constitutionally required to get congressional approval for any suspension of basic rights. There are no exceptions to this requirement.

Congressional consent provides a key element in the system of checks and balances. Otherwise, "states of emergency" turn into excuses for the long-term rollback of democratic freedoms and civil liberties. The response to the events of Sept. 11, 2001, led to the dangerous erosion of fundamental guarantees throughout the world, including the rights to privacy,! movement, association, and a fair trial. In Latin America, there is a long history of using states of emergency as ploys to justify military action and a return to authoritarianism. This has happened most recently in Peru, Ecuador, and Colombia.

Calderón has already moved in this direction in his fight against the drug cartels. Without the consent of Congress, he has placed the military in charge of law enforcement, set up illegal checkpoints throughout the country, and established a de facto state of emergency in cities such as Ciudad Juárez. His response to the flu epidemic only exacerbates this authoritarian tendency.

Indeed, it appears that Calderón is now seeking to consolidate his break with the fundamental principles of liberal constitutionalism and the separation of powers. This past Thursday, Calderón presented a bill to Congress that would allow him to declare a state of emergency at any time without its consent. If approved, the bill would allow! the National Security Council, made up of presidential appointees, to grant broad powers to the military and to suspend basic civil liberties in all or parts of the country at the president's request. This council would have the power to continue the emergency for as long as it wants.

Such a law would deal a body blow to Mexican democracy. Calderón would have no trouble gaining the overwhelming support of Congress to his important emergency measures against the swine flu. But he should not be allowed to use this emergency as an excuse to undermine Mexico's democratic institutions or ignore the deeper causes of the present health crisis.

John M. Ackerman is a professor at the Institute for Legal Research of the National Autonomous University of Mexico, editor-in-chief of the Mexican Law Review, and a columnist for Proceso magazine and La Jornada newspaper.

domingo, 5 de abril de 2009

El Canal Once no se ha salvado de ser cooptado y entra en decadencia

De unos años a la fecha he sido testigo de como el canal once se ha vuelto cada vez más oficialista y tendencioso, y al mismo tiempo menos crítico, neutral y objetivo, con sus noticieros siempre elogiando los "logros" del gobierno. Durante este tiempo me ha tocado ver como mienten en el noticiero de la mañana cuando presentan los encabezados de los principales diarios. Mienten cuando presentan el encabezado de La Jornada, al cual lo sustituyen por una nota de esas que aparecen en la página 39. La misma suerte corren los demás diarios pero en menor grado por tratarse de medios que son voceros del gobierno. En una de esas, mi amigo tlachis se animó a hacer un video y subirlo a youtube para demostrar lo que digo.



Bien, en el correo ilustrado de La Jornada, me llamaron la atención los siguientes tres correos:

Critica cambios en Canal 11

El doctor Enrique Villa Rivera, director del Instituto Politécnico Nacional, le debe una explicación al público por haber celebrado, con bombos y platillos, la muy lamentable conversión del Canal 11, a partir del pasado 30 de marzo, en uno más de la bazofia televisiva mexicana.

Raquel Tibol

Carta escrita por Felipe Fulop, publicado en el Correo Ilustrado de la Jornada

Resulta indignante que la censura en el país haya alcanzado proporciones escandalosas.

El 31 de julio pasado, incluso habiendo insertado la clasificación “C” que le corresponde, Canal 11 transmitió, tanto a las 22 horas como a las 0:30 de la madrugada, la película brasileña Amarillo mango, mutilada por una censura conservadora.

Hace sólo una semana el canal Aprende TV transmitió la misma cinta sin corte alguno, del mismo modo en que ya la había transmitido Canal 11 en una ocasión anterior.

Hoy podemos confirmar que la dirección de Canal 11 por parte de Fernando Sariñana no es más que un pago de facturas de la dictadura calderonista al único cineasta que le dio apoyo durante su campaña.

Esto se puede corroborar al ver cómo su noticiario carece de objetividad.

La mutilación de una obra artística es una prueba indiscutible de la imposición de regímenes represores; en este caso la tijera censora altera la narración de la historia, distorsiona el ritmo de la película y falta al respeto a la inteligencia del televidente, siendo en este caso que unos pocos deciden qué y qué no deben ver los demás.

Las imágenes eliminadas a Amarillo mango tienen muchísima relación con el título del filme, así que la alteración de este relato fílmico causa confusión al espectador, mismo que observa algo diferente a lo que el autor concibió; resulta incluso sorprendente el criterio que utilizan al no eliminar la matanza de animales (dentro de Amarillo mango o en Toros y Toreros), pero sí ciertas imágenes. Este tipo de censura no se había visto en Canal 11 ni en tiempos de Carlos Salinas de Gortari ni durante el sahagunato. Con estas actitudes Canal 11 se rebaja al nivel de Televisa, empresa que proporcionó a Canal 22 una copia de la película de Sariñana Hasta morir también censurada.

Ahora ya no podremos disfrutar ninguna película transmitida por Canal 11, porque no tendremos la certeza de que no ha sido ultrajado el concepto del autor. Es preferible que no transmitan una película en particular a que lo hagan con tijeretazos.

Rechaza que festejo de Canal 11 incluya entrevista con Calderón

En la conmemoración del 50 aniversario del Canal 11 del Instituto Politécnico Nacional, su director, un no egresado del IPN, ha programado como acto estelar una entrevista con el licenciado Felipe Calderón Hinojosa. No, no es a políticos a los que la comunidad politécnica quiere escuchar, finalmente su gestión es en la arena pública, un tiempo efímero. El país, la sociedad mexicana, la comunidad politécnica queremos escuchar a voces provenientes de la ciencia, de la tecnología y de la educación, media superior, superior y de posgrado. Son las vías, que no la política a la mexicana, lo que causará el desarrollo de nuestro país.

Doctor Rubén Mares Gallardo, Escuela Superior de Física y Matemáticas-IPN

¿PUES QUE CREEN?

Que está semana en Proceso salen algunos trapitos al sol de como se ha venido consumado esta infamia. Aquí están los detalles.

Proceso.com.mx

5 de abril de 2009

Impreso 1692 | cultura

Desconcierta el giro del Canal Once

COLUMBA VéRTIZ DE LA FUENTE

La comunidad cultural se sorprendió con los cambios operados en la programación de la estación del Instituto Politécnico Nacional, lo cual se ve reflejado en las opiniones de especialistas recogidas aquí, en las que tocan varias aristas: desde la asimilación del canal por el gobierno, hasta la tendencia comercial, el absurdo cambio de nombre a Once TV México y las bromas de Felipe Calderón para asignarle una señal nacional.Corre peligro el Canal Once, hoy Once TV México, que el pasado 2 de marzo cumplió 50 años.
Con esa preocupación, Virgilio Caballero, exdirector del Canal del Congreso, cofundador de Canal 40 (CNI), creador y director del noticiario Enlace de Canal Once y profesor en ciencias de la comunicación, afirma que la Presidencia de la República quiere quitarle la televisora al Instituto Politécnico Nacional (IPN):
"Crear una figura supuestamente intermediaria, una especie de corporación que maneje o administre Once TV México de una manera dizque más abierta. Me parece que de llegar a cometerse ese gravísimo atropello, se ofendería no sólo al Politécnico, sino a la sociedad mexicana entera. Esa frecuencia le pertenece a la sociedad nacional."
Apunta que el riesgo, que ya está corriendo en el Once, se inició con el cambio de programación el pasado 30 de marzo con contenidos "de una dudosísima calidad".
-¿Por qué quitarle el canal al IPN?
-Para utilizarlo como medio del gobierno, ni siquiera de gobierno. No es lo mismo del gobierno que de gobierno. Esa "ele" hace una diferencia total, porque del gobierno quiere decir que le pertenece a él para lo que sea, y será fundamentalmente la propaganda política, la grilla y el recurso de agresión y de defensa acrítica de sus propios programas y necesidades. ¡Ese es el riesgo!
Aclara que aún no cuenta con los documentos en la mano como prueba para sostener la denuncia, "pero no nos espantemos si de pronto aparece en el Diario Oficial de la Federación una determinación para crear ese organismo intermediario del que estoy hablando".

Una estrategia desde Fox

Caballero argumenta que es ilegal que la Presidencia le quite al IPN su canal, porque no se puede traspasar, de acuerdo con la Ley Federal de Radio y Televisión y su Ley Reglamentaria de 1973. La frecuencia de un permisionario no se puede transferir como si se tratara de un bien que no pertenece a la nación, y "estamos hablando del radioeléctrico, que es parte del territorio nacional".
Enseguida arguye que el Politécnico no puede dejarse arrebatar el canal que le pertenece, no sólo porque es ilegal, sino porque es una institución de las más respetadas del país.
Opina que quizá por eso Felipe Calderón puso en el Once a su amigo Fernando Sariñana, un cineasta comercial, "aunque probablemente el plan venga desde atrás, desde el gobierno anterior, pero ahora están orquestándolo".
Añade que por eso se proyectó en el canal una entrevista con el presidente de México el pasado 28 de marzo:
"La entrevista fue un regalo para Calderón de parte del entrevistador y del canal. Se le dejó decir lo que fuera, sin la menor refutación o intento de plática, de debate o impugnación con el entrevistado."
Sariñana, quien tomó posesión como director de Once TV México el 21 de enero de 2008, aceptó en una entrevista con este semanario (Proceso 1631) que mantenía una relación muy cercana con Felipe Calderón:
"Hay una amistad desde antes de que ocupara la Presidencia y una afinidad en términos del proyecto del país y la importancia que debe tener la televisión pública. Hemos platicado mucho sobre los medios de comunicación."
Julio Di Bella, el anterior director de la televisora, se declaró "foxista de corazón" (Proceso 1416). En el 45 aniversario del Once, Vicente Fox y Marta Sahagún visitaron las instalaciones de la emisora. Era la primera vez que un presidente de México entraba a la sede del canal.
Virgilio Caballero propone que si intentan arrebatar el canal, el IPN puede y debe recurrir al amparo, "y el director del Politécnico concretamente debe salir a defender el canal que le pertenece a esa instancia".
Sentencia:
"Si Sariñana se presta a ese enjuague, porque sería literalmente un enjuague, estaría agrediendo a la sociedad mexicana como nunca antes ha ocurrido desde un medio. Y por tanto pasaría a la historia como el director que entregó al Canal Once."

Gran festejo oficial

La conmemoración del medio siglo de la emisora ocurrió el 27 de marzo pasado, en el Museo Nacional de Antropología e Historia. Fue todo un acto oficial. Ahí, el presidente Felipe Calderón habló del inicio de la primera estación cultural de América Latina, con la cual nació la televisión pública en el país. La sorpresa surgió cuando, al mencionar que Once TV México -nuevo nombre de la estación- llega a 25% de la República Mexicana, ordenó como en broma, aunque no supo a quién dirigirse:
"Voy a aprovechar que están aquí algunos de mis colaboradores, el secretario de Gobernación, que es el dueño de las señales, ah no, el de Comunicaciones y Transportes, ya no sé cual, pero alguno de los dos o la Secretaría de Educación Pública; les voy a pedir, les voy a instruir que se pongan de acuerdo y a ver a qué piedra se suben, pero que, ojalá, Canal Once pueda verse en todo el territorio nacional con una señal abierta."
El panista Javier Corral escribió en su columna de El Universal del 31 de marzo que como Felipe Calderón enredó en bromas y sorna "uno de los más importantes anuncios que su gobierno ha hecho" en relación con los medios de comunicación, en particular con el de la televisión pública, no tuvo trascendencia.
Precisó que en realidad el presidente instruyó a instalar una tercera cadena nacional de televisión.
En la misma ceremonia, Calderón dio a conocer el timbre postal de los primeros 50 años del Canal Once y su nueva programación e imagen.
Al otro día se proyectó en la televisora una entrevista que Adriana Pérez Cañedo realizó a Felipe Calderón, quien habló de la crisis financiera global, la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado, la relación bilateral México-Estados Unidos y el trato del Ejecutivo con los poderes Legislativo y Judicial. La charla, sin ningún cuestionamiento, fue repetida el 29 de marzo.
Para el 30 de marzo se estrenó la nueva programación con el título Once TV México. Se lanzó un total de 43 nuevos programas y cinco nuevas barras: Central once, Opinión, Zona índice, Comedia y Ficción.
El programa de análisis Primer plano se trasladó los lunes a las 23 horas (ver recuadro) y se quitó Conversando, con Cristina Pacheco. Además, el noticiario con Adriana Pérez Cañedo se redujo a media hora. Inicia a las 21:30 horas.

Sin retorno

La misma Cristina Pacheco menciona que Conversando... le fracturaba su esquema de programación a Fernando Sariñana, director de la televisora.
Para ella era emocionante realizar ese espacio de entrevistas:
"Fue un trabajo hecho a lo largo de 11 años ininterrumpidamente. Lo que más lamento es que me falten esas conversaciones y la posibilidad, para eso las hacía, de compartirlas con otras personas que seguramente estaban tan interesadas como yo en conocer cómo se hace el trabajo de un creador, cómo lo realiza, cómo lo lleva a cabo, cómo le surgen las ideas, cómo las plasma. Es como acercarnos a la mesa de trabajo de un creador. Aprendí muchas cosas."
Sariñana le proponía que el programa se transmitiera los domingos de seis a siete de la noche, pero a la escritora le era imposible realizarlo ese día. Se le ofreció que fuera grabado, pero Pacheco rechazó la oferta:
"Si le daba otro perfil al programa o era grabado, no me interesaba. Lo interesante de esa serie es que eran conversaciones como las que podemos tener entre nosotros, totalmente espontáneas, naturales. Bueno, por mi parte investigaba todo sobre el personaje. Y participaba el público en vivo."
-¿No hubo voluntad del director para conservar el programa?
-No lo sé realmente. Él tenía su punto de vista, ideó una programación en barras dentro de la cual consideró que no cabía el programa, ese es su idea, así me lo planteó, y no tengo que pensar que pudiera haber otros motivos.
Informa que no peligra Aquí nos tocó vivir. Permanecerá en el mismo horario y día tradicional, "lo cual agradezco mucho".
-¿Le agradó que se haya cambiado Canal Once por Once TV México?
-Para mí el sello es Canal Once. Es como si al Nacional Monte de Piedad se le cambiara el nombre para modernizarlo, en fin. No sé con qué criterios se hizo esa transformación, son asuntos de los que nos enteramos hasta hace muy poco tiempo.
Opina que al cambiar Primer plano ("otro programa institucional"), se corre el riesgo de que pierda su público.
Aclara que no está contra los cambios ni de la modernización, "pero hay cosas que forman el tronco de un árbol y las ramas van cambiando, mas el tronco y la raíz tienen que estar en su lugar para que florezca y le salgan nuevas ramas".
No ha visto la nueva programación, debido a que se ha enfocado en dos libros que debe entregar. Por ello no quiere juzgar "en un estado alterado"; desea serenarse "porque no dejé algo que sea insignificante".
-Hay preocupación de que con el actual director, Fernando Sariñana, el canal se está alejando de su finalidad: ofrecer contenidos culturales y educativos, ¿qué opina?
-Si hubiera esa desviación sería una lástima porque Canal Once tiene un prestigio muy grande como emisora cultural.
En Once TV México también comenzaron a proyectarse spots que avisan que es "Una tele más atractiva", "Una tele más intensa" y "Una tele más plural".
Y extrañamente en la XEW, de Televisa, se anuncian los cambios del Once.

Tercera cadena

A Pablo Marentes, quien fue director de Canal Once de 1978 a 1982, no le sorprende que la Presidencia intente quedarse con el canal del IPN porque "es una proposición que ha sido eterna, bastante recurrente, a mí me tocó sortearla".
Argumenta que eso es una tontería. Y la nueva programación lo ha descorazonado mucho.
En cuanto a que Once TV México se convierta en la tercera cadena nacional, sólo dice:
"Están loquitos. Quién sabe quién les enseña a hacer tele o a tener nociones de transmisión."
La analista de medios de comunicación Fátima Fernández Christlieb aclara que el Canal Once por sí solo no podría convertirse en una tercera cadena. "Formaría parte de ella", no tendría que salir del IPN, como tampoco las televisoras de los estados abandonarían el régimen jurídico que actualmente tienen.
Es, sin embargo, optimista. Según ella, el Once no puede convertirse en un medio al servicio del gobierno en turno, "esos afanes ya no tienen cabida".
Cree que el Once no puede marchar totalmente divorciado del Canal 22:
"Comparten población-objetivo y podrían tenderse mejores puentes. Algo que urge es de una vez por todas dejar de medir a los televidentes de este tipo de canales con los parámetros de los medios comerciales. En el mundo hay emisoras públicas que hace años se percataron del error de utilizar el rating para hablar de sus televidentes."
Opina que el Canal Once debería de explicar los criterios con los cuales ajustó la programación: "eso es importante para los televidentes".
Según Javier Esteinou Madrid, investigador de educación y comunicación de la UAM-Xochimilco, la intención de la Presidencia de la República de formar la Tercera Cadena de Televisión Nacional, mediante la expansión de la actual red audiovisual del Canal Once, es un proyecto muy trascendente por tres razones:
"Primero, porque hasta el momento el duopolio de televisión privado en México ha abortado con sus influencias de poder la formación de otra cadena que compita con su proyecto mercantil, y será solamente con el apoyo de la Presidencia que se podrá lograr el surgimiento de otro distinto, particularmente cultural.
"Segundo, porque dicha cadena no surge del sector comercial, sino del ámbito de medios de difusión de servicio público que plantearan la irradiación de este modelo en el país. Y tercero, porque si algo le falta a la actual política cultural del país, es la presencia de otro proyecto de nuevos valores mentales que contribuyan a la sobrevivencia social y que se impulse desde una infraestructura audiovisual."
Por ello, cree que es relevante revisar la nueva programación que ofrece Canal Once:
"Si no es una propuesta sustantivamente cultural de servicio público, nos preguntamos: ¿Para qué queremos una cadena de televisión de Estado que sea una mala copia del modelo comercial privado? El mayor sentido que podrá sostener una tercera cadena de servicio público será consolidar el modelo de comunicación de esta naturaleza que básicamente se resume en vincular los contenidos educativos y culturales con la atención a las grandes necesidades de desarrollo que enfrenta la sociedad mexicana. De lo contrario, ¿por qué la sociedad mexicana deberá pagar a través de sus impuestos el funcionamiento de este modelo si no se vincula con sus necesidades de crecimiento?"
Explica que ello evidencia la urgencia de realizar por todas las vías una amplia discusión nacional abierta en el seno de la sociedad civil y del Estado sobre lo que debe ser la función del servicio público de comunicación en el marco de nuestra sociedad recesiva de principios del siglo XXI. Y detalla:
"Con ello se colaborará a evitar que sólo sean la burocracia gubernamental o política los únicos sectores que se apropien de la tarea de definir la misión de la comunicación de servicio público en México, pues quizás por sus intereses de poder desvirtuado la reduzcan a una simple transmisión de información legitimadora del poder en turno."

Luces y sombras

La investigadora y especialista en medios de comunicación Beatriz Solís resalta que los 50 años de Canal Once han sido de luces y sombras. A decir suyo, es de celebrarse que un medio de comunicación público y que depende de una institución educativa llegue a estos años, pero aclara que tampoco se debe ser tan condescendiente.
Lamenta además que los temas sociales y políticos son los que están desapareciendo de la pantalla chica del IPN, y enfatiza que no era necesario cambiar el nombre de la emisora a Once TV México:
"Generalmente esos cambios de los nombres los entiendo en una sociedad de mercado o en una empresa que está en el mercado y busca ponerse un empaque más atractivo por sus productos. El cambio de nombre, además de que no me dice nada, no me explica por qué se realiza. Hay que cambiarlo cuando es una evaluación seria y sustentada de que el nombre le hace daño al canal."
A su vez, Jorge Meléndez Preciado resume que Sariñana es un "lacayo" de Felipe Calderón:
"Yo nunca había visto a nadie del Canal Once que tratara de ser un sirviente del presidente de la República, al contrario."

Proceso.com.mx

5 de abril de 2009

Impreso 1692 | cultura

Sariñana descalifica a las críticas:"Son absurdas"

COLUMBA VéRTIZ DE LA FUENTE

Fernando Sariñana niega que la Presidencia de la República quiera crear una sociedad que administre Once TV México, del cual es el director:
"Nadie me ha dicho nada, no creo que así sea. El presidente de México dijo que el Once es un canal del Instituto Politécnico Nacional, pero también del Estado mexicano, y eso es importante que se entienda. La televisión pública es de todos los mexicanos. Cualquier intento de cambio se entiende como querer boicotear."
-La entrevista con Felipe Calderón que proyectó Canal Once, ¿no contradice su anterior respuesta?
-¿Cuántas entrevistas exclusivas el presidente le ha dado a Televisa o TV Azteca?
-Se sabe que los gobiernos en turno por sus intereses prefieren a ese tipo de canales, ¿no?
-Yo no sé si lo prefieran, no creo que sea una cuestión de preferencia, pero nadie lo lee como, "¡ah!, hay un acercamiento a Televisa". ¡Qué maravilla que por primera vez en la vida tengamos una entrevista con el presidente!, además es una entrevista absolutamente respetuosa, sin ninguna línea ni nada.
-Pero tampoco es cuestionadora, es muy complaciente.
-No creo que sea complaciente. Se preguntaron las cosas que el presidente... se preguntaron las cosas que nosotros creíamos que eran pertinentes que el público supiera. Como siempre, nunca hay manera de quedar bien.
-Que sea amigo de Felipe Calderón, ¿influyó para que le diera la entrevista o que no fuera criticado?
-Todo mundo tiene derecho a tener sus amistades, el presidente de la República no tiene amigos, es el presidente de todos los mexicanos, y eso me parece un absurdo.
-¿Por qué la celebración de los 50 años de Once TV México fue muy oficialista?
-Ha habido quienes dicen: qué bueno que el presidente diga que la televisión pública llegue a todo México. Hay personas que lo han visto de otra manera.
-¿Sólo entonces, en ese marco de festejo, es importante la televisión pública? Pero si no está protegida legalmente...
-Bueno, faltan por hacer muchas cosas y no se puede realizar todo al mismo tiempo. Es poco a poco. Y no sólo le corresponde al presidente o al Canal Once, le corresponde también a la sociedad mexicana. Esta tiene derecho a empezar a apoyar su televisión pública, preocuparse y apoyarla; por ejemplo, en Inglaterra la gente paga gustosamente un impuesto para que tenga su BBC. Si eso se propusiera aquí, ¡puta!, ¿no?

En todo el país

-Hubo un anuncio importante de Felipe Calderón, instruyó que se trabajara para que se viera Once TV México en todo el país. ¿Eso es convertirla en la tercera cadena nacional?
-No sé si sea en términos de la primera cadena o la cuarta, lo importante es que la televisión pública más grande que es el Canal Once llegue a todo México, y esa fue la instrucción del presidente, de decir "¿cómo hacemos para que la televisión pública llegue a más allá de 28% de cobertura que tenemos ahora?". Eso suena muy sencillo, pero para nosotros es bastante grande cumplir ese mandato, y en ese sentido tendríamos que estar agradecidos por el apoyo, porque la televisión pública es de todos, no nomás del gobierno, no es mía, es una televisión de todos los mexicanos.
-Se menciona que se está planeando la tercera cadena de televisión nacional abierta y ahí puede haber peligro de que se convierta en un órgano gubernamental.
-Si se observa la programación del canal, es muy fácil la descalificación y muy fácil hablar de una cadena gubernamental, el propio presidente lo dijo: es una televisión del Estado mexicano, no un órgano progobierno ni un canal del Ejecutivo, no es como existe un Canal Legislativo, no. Cualquiera que entiende eso sabe de qué se trata.
"En nuestros espacios de opinión pública intervienen personas de todos lados, las que están a favor y en contra del gobierno, que opinan a veces bien y a veces mal, ese es el sentido de seguir siendo plurales. No veo en ningún momento que sea una televisión progobierno.
-¿Por qué llamarle Once TV México?
-Eso surge con la intención de llegar a todos lados, a nivel nacional. Nosotros en el DF lo vemos en el Canal Once, pero en otros lados se empieza a ver en distintos canales, y es difícil seguirle llamando Canal Once. Seguimos reconociendo el brand de Canal Once, pero es importante que se vea que es un canal nacional. Eso estamos homologando con nuestra señal internacional.
-Entonces, desde antes que anunciara el presidente que debe ser visto en todo el país, ¿ya había esa intención?
-No, no leas entre líneas, Columba, eso fue un anuncio que el presidente dio allí, es aparte. Nosotros, el Canal Once, tenemos metidas unas solicitudes para canales en otros lados, y además se trataba de homologarse con la señal internacional. El Canal Once se ve en todo México por televisión de cable y se ve de otra manera.
-¿Eso no quiere decir que está compitiendo con las televisoras comerciales o de paga?
-Cómo vamos a competir... Es una competencia que no existe, el interés de las televisoras particulares es vender su tiempo comercial, es hacer programas que los vea cada vez más gente para que su tiempo valga más... Nosotros no vendemos nuestro tiempo, no competimos, y existen televisiones públicas en el mundo entero que venden su tiempo.
-¿Qué criterios toma en cuenta para integrar 43 nuevos programas y cinco nuevas barras?
-Es justamente la atención a públicos nuevos, y buscar la manera de programar, como lo hacen en muchas partes del mundo, a partir de barras escalonadas para conservar al público.
-Hay consternación por haber quitado Conversando, con Cristina Pacheco, ¿qué pasó ahí?
-Número uno, no quitamos a Cristina, ella tiene el programa Aquí nos tocó vivir, y número dos, nosotros no hubiéramos querido quitar a Conversando... Al momento de hacer la programación distinta, tenemos que mover programas y a todos se les ofreció un nuevo horario, por supuesto que hay gente que protestó, pero también hay gente que aceptó el cambio. Además, los espacios no son de las personas, son de la televisión pública.
"Uno de los programas que se iban a mover era Conversando, con Cristina Pacheco además de que la cuestión del rating iba bajando considerablemente en ese horario y teníamos que hacer algo para tratar de atraer más público. Le ofrecimos un horario con mejor rating todavía, y la señora no aceptó.
-Especialistas han subrayado que es difícil hablar de rating en un medio público, sobre todo cultural.
-Si utilizáramos como el único parámetro el rating, no existirían los programas de opinión pública. Sí sirve, sin duda, a cualquier gente que trabaje en televisión, porque se buscan mayores audiencias y te sirve para ver de qué manera está respondiendo el público.
En cuanto a Primer plano, le parece aberrante que hablen de "que estamos buscando censura, sería absurdo pensar que no queremos que se haga una barra de opinión pública".

Proceso.com.mx

5 de abril de 2009

Impreso 1692 | cultura

"Primer plano", a segundo plano

JUDITH AMADOR TELLO

Toda la llamada barra de opinión del Canal Once pasó de las 22 a las 23 horas desde el pasado lunes 30 de marzo. Así, para sorpresa de muchos televidentes, Primer plano se transmitió luego de la nueva serie sobre narcotraficantes Los vigilantes, producida por HBO.
Ocurrió igual con otros programas de la barra como Espiral, conducido por Ricardo Raphael, y Dinero y poder, por Ezra Shabot, a los cuales anteceden ahora series (Los vigilantes, La calle, Matrioshki y Los años de tu vida), como las ofrecidas por los consorcios Televisa y TV Azteca. Se inaugurarán además nuevos programas de opinión como México diferente, Agenda a fondo, Observatorio internacional, Ciudad de todos, y uno a cargo de Adriana Pérez Cañedo.
Mientras Sergio Aguayo se resiste a dar al desplazamiento de Primer plano una lectura política, Lorenzo Meyer dice sin empacho:
"Nos mandaron al caramba... o poquito más lejos que el caramba."
Consultados por Proceso, los dos internacionalistas y politólogos, investigadores de El Colegio de México, dan su interpretación de lo ocurrido en Primer plano, programa en el cual participan junto con María Amparo Casar, José Antonio Crespo, Leonardo Curzio y Francisco José Paoli Bolio, cada lunes, ahora cerca de la medianoche.
Meyer cuenta que les pidieron su opinión para hacer algunos cambios, entre ellos el de la escenografía, para la cual se compraría un set. Les ofrecieron respetar su vestuario siempre de negro y las tomas prácticamente sólo de los rostros de los participantes, así como el no tener un conductor o moderador. Pero jamás se les consultó del horario, "simplemente nos informaron la semana pasada: Pues fíjense que dentro de 15 días ya van a pasar de 11 a 12". Y enfatiza:
"Nos tomaron por sorpresa y me parece que es una manera de disminuir el público. Porque en un día normal -en lunes-, quien se queda viendo la televisión a las 11, o no tiene qué hacer o realmente está enfermo, porque a esas horas cualquiera que deba trabajar normalmente en esta ciudad o en cualquier parte, ya está durmiendo. Yo no sé nada de televisión, pero supongo que ya disminuye mucho la audiencia. Así que -hablo no nada más por mí, sino por mis colegas- no es algo que nos haya gustado ¡nada!"
-Y el cambio se da justo en este momento, de frente a las elecciones, cuando hacen falta espacios para el debate político.
-Exactamente. Justo en este momento. ¡Y por lo que nos sustituyeron, que es una serie de balazos, no sé, creo que de gangsters!
-Son series como las de Televisa o TV Azteca, ¿no?
-Eso me dijo mi esposa.
-¿Cabe preguntarse si...?
-¿Cuál es el objetivo o cuál es la diferencia? -interrumpe y contesta enseguida él mismo:
"Hasta donde tengo entendido, el programa despertaba cierta polémica. No todos están de acuerdo con lo que decimos, pero sí es un programa crítico de la situación política. No todos pensamos igual, algunos somos críticos del régimen, otros sólo de ciertas políticas. Hay toda una gama de actitudes en el grupo, pero diría que prevalece la actitud crítica.
"Para eso todos venimos del campo de las ciencias sociales y, en principio, un científico social debe estar inconforme con el statu quo en México o en Suecia, en cualquier lado, porque siempre es posible mejorarlo. No sé hasta qué punto el ser un programa crítico influya en que nos marginen, porque no hay una censura, pero es una manera de irle restando visibilidad."
Recuerda que el programa tiene ya nueve años. Comenzó en octubre de 1999 a iniciativa de Alejandra Lajous, exdirectora del canal, quien "con mucho tino" -dice el historiador- consideró que aunque el Once fuera un canal chico, valía la pena darle presencia política, sobre todo porque venían las elecciones de 2000:
"Ahora parece que quieren hacer exactamente lo opuesto: Quitarle presencia política al Canal Once. ¡Justo cuando íbamos a cumplir los 10 años!"
Y termina la frase riendo:
"Es nuestro regalo de aniversario."

Divertida

Relata que un primer ejercicio se hizo en 1997, con motivo de unas elecciones en el Distrito Federal. Luego de pensar en formatos, se encontró un programa sueco de mujeres, vestidas de negro, titulado De qué hablan las mujeres cuando no están sus maridos, les gustó y decidieron hacerlo similar, pero con temas políticos. Primero se pensó en hombres: Héctor Aguilar Camín (quien finalmente se fue a otro programa), Federico Reyes Heroles, Carlos Castillo Peraza y el mismo Meyer. En lugar de Aguilar Camín entraron Jesús Silva-Herzog Márquez y Carlos Elizondo Mayer-Serra.
Luego de las elecciones de 2000, él sugirió dar fin al programa, pero dice que Lajous consideró que se había abierto una visión de la política y debía mantenerse la discusión. Meyer salió temporalmente porque "los dados estaban un poco cargados", y "con tendencia hacia la izquierda pues nada más estaba yo, los demás eran de centro-derecha".
Se le pregunta si ya no está esa cargada, pues hay quienes opinan que sólo él y Aguayo tienden hacia la izquierda. Dice entonces que a Curzio y a Crespo los conoció como estudiantes y que con ellos y Aguayo hay una relación "muy de fondo", cordial, y aunque les ha costado -"al menos a mí me costó"-, hay mucha tolerancia; tratan de no agredirse "sin ser condescendientes", pues cada uno defiende su punto de vista.
"Yo creía que estábamos muy bien, hasta que nos dicen que se va a otra hora. Pero estábamos ya en el límite, las 10 ya es una hora tarde, hubiera sido mejor las nueve... Y no, nadie nos preguntó del cambio de hora, se nos informó, lo cual no sé si debamos agradecer o no."
Los cambios han afectado otros programas, como los de Cristina Pacheco. El director Fernando Sariñana dio razones de rating. Ahora se ven anuncios con lemas como "Canal Once... una tele más atrevida", "... una tele más plural", "... una tele más divertida". Irónico comenta Meyer al respecto:
"Ha de ser divertido porque el país no está nada divertido. El país está muy poco divertido, la verdad no sé si quieran contrarrestarlo. Por ahí me decía Virgilio Caballero -a quien vi en un homenaje a Granados Chapa- que la idea era hacerlo un canal del gobierno, yo creo que ya es, ¿no? Porque, ¿a poco el Poli dirige ahí? Que yo sepa, no. Pero cuando les dio la orden Felipe Calderón de hacer del Once un canal nacional, pensé: 'Qué agradable personaje'. Pero ahora ya me di cuenta por qué lo quieren hacer nacional: Quieren hacerlo nacional y quitarnos.
"También a Cristina Pacheco. Después de todo tiene una manera de criticar, de ver a la sociedad mexicana de forma no complaciente, porque Cristina va viendo artesanos, a gente que está no como Slim, sino que se gana la vida de manera exactamente opuesta, con su trabajo en serio."
Ahora, agrega el investigador, hasta ve al anterior director del Once, Sergio Di Bella, como "muy decente", pues nunca los censuró, aunque sí llegó a preguntar por qué criticaban tanto a Marta Sahagún, esposa de Vicente Fox, "pero no pasó de un comentario, no se metió con la programación... Todo estaba bien... hasta que se puso mal".
Aguayo dice a su vez que conversó con Sariñana, quien le explicó que se trataba de una reestructuración a fondo y ello incluye poner la barra de opinión a las 11 de la noche.
"Hasta ahí puedo decirle. ¿Cómo afectará o cómo es visto por el auditorio?, pues eso ya es una historia muy diferente."
-¿Cree que les conviene ese horario: lunes a las 11 de la noche, cuando no todo mundo se desvela y vienen elecciones?
-Si de mí dependiera, preferiría seguir a las 10 de la noche, pero no quiero hacer una lectura política del cambio de horario porque forma parte de una reestructuración. No lo siento, mi impresión es que no hay una intencionalidad política.
Cuando se le comenta que parte de los cambios obedecen a la idea de incrementar el rating y de ser un canal "más divertido", ríe de buena gana. Dice que no puede opinar sobre los cambios en general porque en realidad no los ha visto, pero su idea es que el Once debe ser una mezcla entre una televisión que educa y ofrece materiales "que divierten y hacen pensar, con muy pocos comerciales, en fin, una televisión pública".
Destaca, en cambio, que hasta ahora han tenido "absoluta libertad" para abordar los temas:
"Es el programa más plural y más libre. No sabe qué agradable es saber que la responsabilidad es de uno, cada quién sabrá cómo usa ese espacio, pero ahí sí se puede tocar al padre Maciel, y los hemos tocado todos esos temas... Luego nos llegan rebotes de que a fulanito -algún poderoso- no le gustó y se enojó, y en fin, pero sí le aseguro que si algún día quisieran inhibir mi libertad de expresión ni lo permitiría e inmediatamente lo diría."
En la página web del Once se asegura que con la barra de opinión el canal "salda el compromiso de informar a su público y construir opiniones".

Proceso.com.mx

5 de abril de 2009

Impreso 1692 | cultura

Cincuenta años de Canal Once

FLORENCE TOUSSAINT

En 1958, el Estado decide hacer uso para fines educativos y culturales de una frecuencia televisiva. El presidente de la República era Adolfo López Mateos y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Walter Buchanan. Se expidió un permiso a favor del Instituto Politécnico Nacional, sin embargo pasaron varios meses antes de que la señal saliera al aire, el 3 de marzo de 1959.
A lo largo de 50 años y no sin tropiezos, la emisora fue construyendo un perfil propio. Pasó de lo meramente educativo a la información y el entretenimiento. A partir de los años ochenta, creció en equipo y personal. Entonces comenzó a producir con calidad. Realizó documentales como Mochila al hombro y La ruta del sabor, que fueron copiados por canales como Travel & Living; de sus estudios salieron conductores: Paulino Cruz y Mónica Patiño, que hoy forman parte de la exitosa señal de cable Gourmet. En sus pantallas tuvieron presencia escritores, fotógrafos, escenógrafos, cineastas, hoy famosos.
Los debates sobre temas polémicos se iniciaron aquí. Varios programas emblemáticos de este género, como Diálogos en confianza o Primer plano, lograron una audiencia considerable y dieron un servicio social al analizar temas de la vida cotidiana y de la política. El México marginado, pobre, trabajador apareció en el programa Aquí nos tocó vivir, de Cristina Pacheco -que se ha mantenido durante varios años como el de mayor rating del canal. Tiempo después, la periodista creó su espacio de conversación, con personajes provenientes de distintas ramas de la actividad intelectual.
Durante la etapa de Alejandra Lajous al frente de la televisora, se redujo personal de planta, pero se contrató a productores independientes que enriquecieron la oferta del canal con sus realizaciones. También en este periodo se produjo una barra para niños con programas novedosos y de alta calidad.
Hasta 2008, Canal Once era la emisora que tenía el más alto presupuesto: 220 millones de pesos y el mayor porcentaje de horas producidas entre las 31 emisoras públicas del país. La única con una cobertura aérea abierta que abarca varios estados por medio de sus 11 repetidoras. Está entre las cuatro que transmiten señal internacional hacia algunos estados de la Unión Americana. El día del aniversario, Felipe Calderón señaló que Canal Once debía verse en todo el país y formar la Tercera Cadena tan buscada por grupos empresariales. De darse, implica una inversión cuantiosa. No se sabe si ya se han hecho los estudios necesarios, lo que sí trascendió es que además del presupuesto anual, en 2009 se le asignaron 400 millones de pesos más.
El actual director del Canal, Fernando Sariñana, decidió celebrar el medio siglo este año, no cuando fue otorgado el permiso. La conmemoración incluye cambios que desvirtúan tanto los objetivos iniciales como la historia de la emisora.
Conversando, con Cristina Pacheco, y Primer plano fueron desplazados de su horario, de tal manera que el debate de "los hombres de negro", por ejemplo, se corre a las 11 de la noche del lunes. El noticiario conducido por Adriana Pérez Cañedo se reduce nuevamente a media hora y se difiere para las 21:30. Conversando, con Cristina Pacheco, está en suspenso, pues se pretende que sea grabado. Otras barras ya habían sufrido modificaciones que las convirtieron en espacios banales como Diálogos en confianza, que redujo su tiempo, no aborda asuntos espinosos y cuyas conductoras se comportan de manera frívola y superficial.
Lo más lamentable es la drástica reducción de la producción propia: se rompe el equilibrio y ahora la mayor parte del tiempo corresponderá a series compradas, ninguna de excelente calidad, muchas de ellas repeticiones de programas difundidos en canales de paga. La imagen del país se achica y es el extranjero el que se enseñorea del canal. Ello con la consecuente pérdida de empleos, de talentos y de presencia en el espectro internacional, al que sólo se aportarán programas sin profundidad. Siguiendo la moda de captar a los jóvenes, se crea un núcleo programático para ellos. Y se sigue violando la ley al insertar anuncios comerciales en un canal que tiene permiso, no concesión, diferencia que al parecer Sariñana ignora.
¿Una tercera cadena para mirar las mismas series estadunidenses? Es un despropósito.

El México ganador de Felipe Calderón

El que sufridamente derrota a Costa Rica, una potencia en futbol. El mismo México ganador que termina perdiendo estrepitosamente con otra gran potencia: Honduras. No, pus ta chido el México Ganador


La “Selección Fecal” de Fútbol

Por Beam
04 de Abril, 2009 - 19:05


Que papelón ha hecho el tipo que se ostenta como presidente de este país, Felipe Calderón, al dar “la orden” de que Javier Aguirre sea el nuevo director técnico de la Selección “Fecal” de Fútbol.

Como dicen que a “explicación no pedida, acusación manifiesta”, basta ver el video en donde Jesús Martínez, presidente del Pachuca, acusa a Joserra de “mentir” respecto al hecho de que él facilitó el contacto entre Calderón y Aguirre, con el objeto de que Aguirre aceptara hacerse cargo de lo que queda del seleccionado de fútbol nacional para darse cuenta “de que lado corre el agua”.

Claro está, sabiendo como manejan el PAN y su presidente pelele sus asuntos en este país, Martínez no habría hecho su trabajo de “acercamiento” gratuitamente. Quizás lo hizo con la esperanza de obtener algun buen negocito a nivel nacional, por lo que he leído, relacionado con “concesiones” de educación física en escuelas alrededor del país.

Pero ¿cual es el interés de Calderón por la Selección de Fútbol de “nuestro” país? ¿Porqué el tipo no está más preocupado por cesar la inútil y sangrienta guerra contra el narco, por apoyar al campo, por fomentar el empleo o por evitar endeudarse con préstamos leoninos del FMI? Es fácil: Calderón espera que con la Selección calificada al mundial, se pueda distraer un poco la atención de la verdadera catástrofe económica que se avecina en México. Que el dólar estuviera casi a 16 pesos hace unos días no fue más que la punta del iceberg. Ahora nos encontramos en el ojo de la tormenta, un refugio artificial de lo que se avecina, apuntalado con dinero prestado y con subastas de dólares que son una verdadera sangría monetaria que únicamente ayudan a enriquecer a los especuladores que fueron los que contribuyeron, junto con el gobierno y su negativa a fomentar el desarrollo, ciencia, industria propia y tecnología, al derrumbe del valor de peso en un principio.

No olvidemos que aún estando a 13.60, el peso se ha devaluado un 40%. Y de acuerdo a lo que he platicado con Masiosare, se devaluará aún más después de las elecciones, cuando se caiga el montaje artificial que el PAN ha creado para tratar de apuntalar su maltrecha popularidad en vista de las próximas elecciones, aunada esta falsa “recuperación” económica junto con la fraticida guerra sucia kamikaze que lanzó contra su usual aliado de derechas, el PRI.

Derrumbado el peso, rampante el desempleo, e incontrolable la inseguridad, lo único que le quedaría a Calderón para embrutecer a los “condenados de la tierra” de “nuestra” patria sería la Televisión y esto es principalmente: Fútbol y Telenovelas. Por eso Fecal quiere que la selección califique a toda costa, además de que de paso así evitaría que sus cuates de las televisoras y de las empresas que apoyaron el fraude (y que ya se están arrepintiendo) pierdan carretadas de dólares por concepto de publicidad.

Aún así, este plan no funcionará. Desmoralizado el país como está, hundido en el detritus en que la derecha ha convertido lo que alguna vez fuera un estado serio, respetado, estable y viable, aún cuando califique al mundial, el equipo mexicano tiene pocas posibilidades de avanzar más allá de octavos de final, o quizás de la primera ronda del mundial. ¿Recuerdan el ridículo que hizo Argentina en la copa del Mundo de 2002, la primera que jugaron después del colapso de su economía? Si eso le pasó a uno de los mejores equipos del mundo, multiplíquenlo por 100 y eso será lo que le pasara a la furia ratonil mexicana.

Como es usual, este plan de Calderón fallará. Y después del verano de 2010, el usurpador no tendrá ya nada para distraer la atención del fracaso rotundo de su fallida administración gerencial. ¿Que será de él entonces?


La Cabeza al cubo de hoy

La guerra de Calderón

El poder intoxica. La toxina del poder engendra abusos. El abuso tiende en este país a pintarse de institucionalidad. La institucionalización del abuso se llama impunidad, y a su vez casi siempre aspira a la perpetuidad. Así reposan felices demasiados trapos sucios de esta moderna República, desde históricas masacres hasta asesinatos selectivamente desestabilizadores, pasando por escandalosos fraudes electorales y de variopintas, irresueltas tesituras. Por eso somos el país de la mordida.

Felipe Calderón, de quien sigue siendo imposible certificar a cabalidad que sea el legítimo presidente de México, resultó un tipo, vaya, belicoso. Nadie lo hubiera pensado mirando su breve historial público. Como titular de energía, lo mismo que como burócrata de altos vuelos en Banobras fue una eminencia gris. Anodino. Lo mismo cuando fue presidente de an . Pero ya insaculado tal que presidente, o debo decir impuesto “haiga sido como haiga sido” según un dicho suyo, resultó así, belicoso, bravucón. Amigo en demasía de los uniformes y las jerarquías castrenses: un hombre pequeño que, de pronto presidente de un país, se exhibe militarista irredento. En la realidad cruda, fuera de su propia visión en el espejo; en el espejo de los elogios, de los lamesuelas, de la cohorte de merolicos perversos y cortesanos zalameros de que se hace rodear, no alcanza a ver lo que realmente es: un hombrecillo inseguro de poder mantener el equilibrio sobre la silla presidencial que no le pertenece. Por eso, quizá, esa necesidad ridícula de militarizar su imagen y, como alguna vez vimos, hasta la de su progenie. Pero qué hombre pequeño, oiga usted, no se crece cuando se le recita al oído que él, él, él es nada menos que el comandante supremo de las fuerzas armadas, aunque nunca en su vida haya sido entrenado para combate, o padecido el infierno de un enfrentamiento armado, o estudiado estrategia militar, o tácticas de contrainteligencia o, en fin, aprendido a desarmar y ensamblar una pistola. Quizá, pues, Calderón lo que acusa es una irreprensible necesidad de respeto, de legitimidad, y por eso la milicia hasta en el pozole.

Desde el principio de su mandato hasta esta primera mitad del sexenio, Calderón se ha hecho ver rodeado de galones y charreteras. La guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado ha sido, al margen de una pésima manera de hacer valer la ley, una bien montada campaña de propaganda. En la televisión, su principal aliado propagandístico, Felipe Calderón ha logrado aglutinar sólo adulación. La crítica a su fallida estrategia de choque es una lamentable ausencia en el discurso de noticieros y analistas. Ya desde su incipiente campaña por la presidencia, Calderón y sus alecuijes demostraron la beligerancia por venir en contra de cualquier periodista crítico inserto en canales de alta penetración como radio y televisión. Hoy el combate velado al periodismo crítico de los yerros gubernamentales se traduce en el apuntalamiento de una censura igualmente nebulosa: se nos pide a los periodistas, principalmente a aquellos ligados a los medios electrónicos, que solamente enfaticemos los presuntos logros de la guerra al crimen, pero sin mencionar rincones oscuros. Poco o nada la televisión menciona, por ejemplo, que la tal guerra al narco ha causado más muertos en estos dos años y fracción que todos los casos de muerte por adicción y/o asuntos relacionados directamente con el consumo de drogas per cápita en Estados Unidos, el más grande consumidor del planeta, y eso combinando, además, todas las drogas que entran a ese país por otras vías alternas a la frontera con México.

¿Dónde nace esa obcecación por poner al ejército a hacer labor de policía, situar cada vez más soldados en las calles gobernadas por civiles, exponer a las fuerzas armadas a los mismos mecanismos prevaricadores que infectaron de corrupción a las policías de todos los niveles?, ¿por qué ese empeño enfermizo en convencernos de lo que es in extremis indefendible?

Parece que Felipe Calderón, como su nefasto antecesor, habrá de terminar llevando a los medios una guerra que, al final, parecería estar luchando simplemente contra sí mismo. Y mientras tanto, igual que con su nefasto antecesor, la realidad de las calles, la de día a día de pobreza y carencias y falta de oportunidades para millones de mexicanos, seguirá caminando su propia senda, disociada de la versión oficial, paralela de modo que nunca pueda verificar su cruce con la otra, la virtual, la risueña mentira de la televisión.