domingo, 28 de junio de 2009

Monsiváis a favor de mandar al diablo a las instituciones nefastas.

Carlos Monsiváis
Tristísimo panteón, yo te saludo
28 de junio de 2009

En unos cuantos meses, varias instituciones nacionales se han ido al diablo, enviadas a tan distante o cercano lugar por sectores amplísimos de la ciudadanía e incluso de la preciudadanía (los niños también no votan). La profecía autocumplida: tanto decir que nadie cree en nada y resulta que los encargados de la convocatoria de la fe son los más escépticos: “La gente ya se cansó de que le vean la cara y no soporta un minuto más su resignación”. Donde dice gente debe decir yo mero.

Como el tema es inevitable, ofrezco una lista sumaria de algunas instituciones y parainstituciones enviadas al diablo en estos días:

La transición democrática

¡Cuánta sabiduría desperdiciada! ¡Cuánta sagacidad politológica que se desvanece en las brumas de mesas redondas, coloquios, simposios, paneles televisivos, artículos, sesudos ensayos de extensión que prospera al ritmo de las alegrías teóricas! Hacia allá vamos, se dijo durante décadas, hacia la democracia que, definida con celeridad, quería decir el nuevo tiempo histórico, o la nueva perspicacia social, o la relación directa entre confianza y conteo de votos. Y se tomaban como signos de esperanza el que un candidato del PRI ganara sólo con 70% de los votos, o que alguien se insolentara con el alcalde. Eso, al principio, luego la crítica fue lo más común, así no fuera lo más atendido, el PRI perdía en algunos lados, la oposición ya no se sentía tan excluida y…

Hacia allá, hacia la transición, se iba entre el río de ponencias y de artículos que alegaban lo mismo pero con cifras renovadas: “El 34% de los encuestados estuvo de acuerdo: si Pericles viviera con nosotros estuviera”. En un momento dado, se creyó en lo definitivo del avance; sacaremos a este buey de Los Pinos, gritó Vicente Fox, que fue presidente, hecho fatídico que se recuerda para que al país no le dé por envanecerse, y en el 2000 se volvió sonido triunfal el rumor de las tesis, las ponencias, los debates. Eso mientras la derecha analfabetizó las cimas del poder: donde dice “teoría del Estado” debe decir “¿Y yo por qué?”.

* * *

Nueve años después, el tumulto incesante de papers ya no vierte su lucidez en el análisis de la transición, sino en variantes del desencanto: la transición a la regresión, el salto hacia atrás para algún día tomar vuelo, y me perdonas que interrumpa este diálogo pero aún no termino mi ponencia sobre “Desánimo y frustración a la hora de la crisis”.

Los partidos políticos

Un régimen de partidos. En la marejada de renuncias firmadas al candor, vayan o no en dirección al voto nulo, el régimen de partidos se deteriora o fragmenta. ¿Quién le cree a un sistema que hizo a un lado la ideología para que nada más cupiera la mercadotecnia? En lo que va de la campaña de 2009 las ideas y los proyectos de nación del PRI, del PAN, del PRD y del Verde Ecologista, estos últimos promotores de la pena máxima al presupuesto de la nación, no han hablado ni por llenar el tiempo de algo parecido a problemas y soluciones. Todo se ha ido en consignas: “México, creo en ti porque me tienes de candidato/ Fulano, te llevarás a la tumba mis promesas/ Vota por el partido que mejor represente los intereses de la religión de tu infancia, de la verdadera religión, el partido que resguarda la vida de la criatura desde el día en que los padres se conocieron hasta la impartición de los santos óleos”.

Hágase historia: el sistema de partidos se desenvolvió mal pero sin demasiados escándalos hasta la irrupción del narcotráfico, la megaindustria que reinventa el pecado original. Y con el narcotráfico vino la sospecha, el equivalente actual del pecado mortal: “Se dice que el narco le pagó su campaña/ La gente sospecha del alcalde porque no se le conocen nexos con el narco. ¿Con quién o en qué estará metido?/ Esa casota no la hizo con su sueldo de inspector de aduanas. Me sospecho otra cosa/ ¿No se te hace sospechoso ese mall siempre vacío y los dueños de los negocios tan prósperos?”.

La sospecha es la más canallesca de las generalizaciones, y en esta época es también la más ubicua. El que sospecha se siente a salvo porque su actitud es una “declaración de bienes”: sospecho y este recelo me salva. Pero la sospecha alcanzó a las campañas electorales y a las administraciones y a las instituciones y a la riqueza misma, esa que antes venía del cielo, precedida de la bendición de los clérigos. Y la sospecha sitúa a los partidos como el archivo probable del sospechosismo (gracias, senador Creel, por esa contribución lingüística). Sospecha, sospecha, que algo queda.

La ineficacia probada

Y aun sin la sensación de que el delito es el oxígeno alterno de la República, ¿quién niega la profundidad del desencanto? Lo mínimo que se les pedía a los gobernantes era la eficacia institucional, pero, oh, CEO del Averno, los encargados de guiar a la nación en sus distintos niveles ni son eficaces ni resultan confiables. De buenas familias sí, algunos, si por buenas familias se entiende las que llevan haciendo negocios con el gobierno desde hace más de 30 años; de posgrado en ristre bastantes, y con el conocimiento suficiente como para que la vanidad no desplace a la soberbia; de vida social cuantiosa, sin duda alguna, en dónde más podrían comentar la grandeza con que salvan a la patria, ese concepto tan envejecido. Todo esto sí, pero eficaces, pues francamente no. No se trata de que ignoren la historia, la cultura y las necesidades del país, es que han invertido toda su sabiduría en el aspecto, los gestos, el amor por el currículum, el desprecio por el populismo (no les pidan que lo definan), y a fin de cuentas se han quedado enfurecidos cada que deben aclarar un asunto. For God’s sake, no se puede aceptar al mismo tiempo el puesto y las responsabilidades. Gimme a break.


Interesante artículo de Arnaldo Córdova sobre Iztapalapa

El atropello de la justicia electoral en Iztapalapa
Arnaldo Córdova

Los jueces, en un estado de derecho, existen para decir el derecho. En unos casos fijan el sentido de las normas o de la misma Constitución de la cual ellas derivan; en otros, coadyuvan a la conducción de los procesos que se siguen para establecer el fin que se persigue normativamente; en otros, también, deciden en un conflicto de intereses jurídicos cuál de ellos tiene la razón y debe prevalecer, y, en otros, en fin, equilibran la acción de intereses que en la realidad son abiertamente desiguales en sus propias posibilidades y, así, lograr la justicia.

Dejemos de lado el deseo que todos los ciudadanos tenemos de que nuestros jueces sean, siempre y en todo caso, personas probas, impolutas, sabias, responsables y partidarias, ante todo, de la causa de la justicia. Sucede que, como nuestros políticos, son también gente de carne y hueso y no ángeles ni querubines. Pese a sus terrenales defectos y deficiencias, tenemos el derecho a esperar de ellos, por lo menos, que se sujeten a la ley y la respeten. No es lo que tenemos con la actuación de los siete magistrados que integran el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Iztapalapa es sólo un caso.

Cuando en las elecciones para la presidencia del PRD se alegó como causa de nulidad de votaciones en casillas el que las mismas no hubieran sido recibidas por miembros de ese partido, según establece el artículo 124, inciso d), del Reglamento General de Elecciones y Consultas del sol azteca, los magistrados del tribunal decidieron que no había lugar a la anulación. Con ello le dieron el triunfo a Jesús Ortega como dirigente nacional del partido. No hubo modo de objetar esa resolución.

En su momento, yo estuve de acuerdo con ello. No, en cambio, con muchas otras causales de nulidad que los magistrados ni siquiera mencionan en su resolución, como la abundancia de casillas llamadas zapato o casillas que ni siquiera se instalaron y que se dieron por buenas. Por eso sorprende su actuación en el caso de las elecciones internas para candidatos a la delegación de Iztapalapa. Aquel argumento ahora se dio por válido y se anuló el triunfo de Clara Brugada para darlo a Silvia Oliva. ¿Cómo explicar que no sólo la misma autoridad, sino los mismos magistrados ahora dan por bueno un argumento que antes desecharon? Con el agravante, además, de que la quejosa, Oliva, ni siquiera lo adujo en su demanda.

De las actuaciones de Oliva Fragoso y de Brugada ante el Tribunal Electoral del DF resultaron anuladas, respectivamente, 25 y nueve casillas, con lo que el triunfo siguió siendo de la segunda. A demanda de Oliva sobre 58 casillas, los magistrados del TEPJF invalidaron otras 47, con lo que revirtieron el resultado de la elección interna, cuidando de no llegar a la anulación de 20 por ciento de las casillas para no invalidar la misma elección. Esto último está razonado ampliamente en la sentencia SUP-JDC-497/2009, con ponencia de Pedro Esteban Penagos López.

Mi maestro de derecho procesal civil y derecho procesal del trabajo en la Universidad Michoacana, Arturo Valenzuela, nos decía que el derecho procesal es la verdadera ciencia matemática del derecho. Todo tiene que ser exacto y preciso. De otro modo no hay manera de decir el derecho ni hacer justicia. Cuando el juzgador actúa supliéndose a la queja, lo que quiere decir que va a corregir y a perfeccionar los planteamientos que el promovente no acaba de discernir, para que tenga mejor oportunidad de que se le haga justicia, no está actuando de oficio, porque sobre la materia no agrega nada, sólo corrige y mejora el alegato de la misma.

En realidad, los magistrados no se sustituyeron a Oliva Fragoso en el planteamiento de su queja, sino que se volvieron quejosos, reconstituyendo la queja misma por motivos que ella estuvo lejos de alegar. El 2 de junio solicitó a la sala superior del TEPJF que atrajera el caso. En principio, el tribunal rechazó la petición por extemporánea (debió hacerla el 18 de mayo anterior). Sin que mediara fundamento alguno, la sala superior, con ponencia del magistrado Manuel González Oropeza, de oficio, así como suena, resolvió ejercer la atracción. Ahora veamos:

De todas las causales de nulidad que Oliva Fragoso alegó contra la resolución del TEDF sólo prosperó una, referente a una casilla (la IZ-24-20-125-3), en la que el tribunal local anuló 193 votos, mientras Oliva alegó 96. Entonces, los magistrados actuaron por su cuenta, aduciendo el artículo 124, inciso d), del reglamento del PRD mencionado, según el cual la votación debía ser recibida por miembros de ese partido.

El tribunal del DF, en ponencia del magistrado Armando Maitret, estableció que el encarte (la publicación de la lista de casillas e integrantes de las mismas) fue avalado y publicado por la dirección del PRD, después de haber sido insaculados legalmente los integrantes de las mesas de casillas. Se trataba –lo postuló el magistrado ponente– de un hecho definitivo, además, sustentado por resoluciones del propio TEPJF. Por lo cual, aparte de extemporánea, la actuación de los magistrados del TEPJF es totalmente arbitraria. Aunque no fueran miembros del PRD, quienes recibieron las votaciones estaban de antemano avalados por el partido. ¿Cómo pudieron los magistrados actuar de oficio, pasando por alto algo inapelable, como es el principio de definitividad?

En derecho procesal, todo acto resolutivo de una autoridad judicial debe ser definitivo, porque, si no, lo que sigue no tiene sustento. Los magistrados lo ignoraron. Abolieron con su actuación, también, el principio de certeza jurídica, que depende del anterior. La justicia fue muy mal servida y atropellada. Eduardo Huchim ha señalado con atingencia el hecho de que los magistrados se esperaron hasta que la papelería de la elección estaba ya hecha y no podía cambiarse, de modo que ahora estamos ante la insólita circunstancia de que los ciudadanos de Iztapalapa votarán por Clara Brugada, pero no votarán por ella, sino por Silvia Oliva.

La pelotera que luego armó el TEPJF, obligando, perentoriamente (con un plazo de ocho horas) al Instituto Electoral del DF a registrar a Oliva, no obstante que ésta no había presentado constancia de gastos de campaña y bajo la reserva de que en caso de que no diera cumplimiento a esa obligación su registro sería invalidado, creó la absurda hipótesis, como también lo señaló Huchim, de que los ciudadanos votarían por Oliva sólo para que Brugada, como segundo lugar, finalmente, fuera la beneficiaria. ¿Es eso justicia electoral?

Esta nota me llamo la atención porque resume lo que es el PAN

Desempleo, bajos salarios, impunidad y represión, legados de ese partido en 15 años, dicen

¡Ni un voto al PAN!, corean miles en la Marcha del hartazgo en Jalisco

Entre protestas y exigencias contra el gobernador González Márquez, llaman a acudir a las urnas el 5 de julio

Foto
Aspecto de la manifestación convocada por más de 40 organizaciones no gubernamentales contra el gobierno estatal blanquiazul, realizada ayer en GuadalajaraFoto Arturo Campos
Mauricio Ferrer
Corresponsal

Guadalajara, Jal., 27 de junio. Desde aquí, desde Guadalajara, la segunda ciudad más importante de México, decimos que ¡ni un voto al PAN!, dijo el orador con el altavoz; y su frase se convirtió en el coro de miles de personas: Ni un voto al PAN, ni un voto al PAN, gritaron los asistentes a la Marcha del hartazgo contra los gobiernos panistas que comenzaron a gobernar el estado hace 15 años.

Los ¡chinga tu madre, Emilio! son comunes en toda protesta contra el gobernador panista Emilio González Márquez, desde que en 2008 él usara esa frase contra toda persona que no estuviera conforme con la entrega de recursos millonarios del erario para la construcción del Santuario de los Mártires, obra promovida por el cardenal de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez.

¡Chingo a mi madre si voto por el PAN!, decía la pancarta que portaba un manifestante. Más votar por el que te mienta la madre (sic), rezaba una lona sostenida por dos mujeres integrantes de alguna de las más de 40 organizaciones no gubernamentales que convocaron a la protesta, que inició afuera de la rectoría general de la Universidad de Guadalajara y culminó frente a palacio de gobierno.

Cardenal, ¡saca tu nariz de mi matriz!, proclamaban mujeres de la Red de Derechos Sexuales y Reproductivos en alusión a la llamada Ley Antiaborto promovida por el blanquiazul en el Congreso local y apoyada por Sandoval Íñiguez.

Justicia para Néstor Alan, pedían los familiares del menor que perdió la vida en 2006 en un accidente automovilístico, un percance cuya presunta culpabilidad recayó en Francisco Álvarez del Castillo y Cristian Arias de la Torres, quienes conducían en estado de ebriedad. Arias de la Torre, es el hijo de Fernando Arias, vocero del gobierno panista que encabezó Francisco Ramírez Acuña. Nadie ha pisado la cárcel por ese suceso.

Raúl Muñoz, un activista de El Salto, recordó que tampoco nadie ha hecho algo por los 716 casos de cáncer que su asociación, el Comité de Defensa Ambiental del municipio, ha documentado y ha relacionado con la contaminación del río Santiago. En sus aguas cayó en febrero de 2008 el menor Miguel Ángel Rodríguez, quien permanecería en coma y moriría por contaminación por arsénico.

Comuneros de Ayotitlán, colectivos que promueven el uso de la bicicleta, habitantes de colonias que están en contra de la construcción de la línea dos del Macrobús, candidatos a la alcaldía de Guadalajara, como Gilberto Parra y Víctor Ramos, de los partidos del Trabajo y Convergencia, respectivamente, marcharon junto con promotores del voto nulo, panistas arrepentidos, sin faltar los orejas que toman fotos y videos a toda protesta.

Fidel, el candidato de la perrada, un pitbull que en Internet pide voten por él el 5 de julio, prometió la revocación de mandato, como parte de su propuesta de gobierno, según informó Carlos Delgado, su coordinador de campaña y vocero.

¡Dios perdóname, voté por un pendejo!, se leía en la calcomanía que llevaba pegada al pecho Salvador Jiménez, de unos 50 años, que ha votado por el PAN desde que Alberto Cárdenas fue electo primer gobernador blanquiazul de Jalisco. Nos equivocamos, creímos en el cambio, yo voté por Fox y también desde Ramírez Acuña, lamentó Sergio Cruz.

Parte del manifiesto redactado por los convocantes y cuya lectura dio Belinda Aceves, señala: Hoy somos más pobres, más discriminados, hay más desocupación y menos seguridad social, más incertidumbre; la calidad de vida se ha derrumbado, la inseguridad nos amenaza y a los trabajadores les escamotean empleos y salarios dignos. Con agua bendita y con propaganda, con pan y circo, con una prensa a modo, con tribunales bajo tarifa pretenden que las justas protestas de nosotros sean minimizadas.

El movimiento invitó a acudir a las urnas el próximo domingo para castigar la ineficiencia, el atropello y la ilegalidad de los gobiernos panistas.

Desempleo, fraude electoral, bajos salarios, ilegalidad, corrupción, impunidad, presos políticos, pobreza, hambre, saqueo, terrorismo, represión, tortura, teledictadura, son la herencia que el PRI y el PAN han dejado a Jalisco, dijo Enrique, de unos 60 años, licenciado en filosofía, desempleado y que aprovechó la propaganda electoral de ambos partidos para crear una lona con las mismas.

A un año de la mentada, no se olvida, recordaba una gran lona que cerraba al final, el contingente de miles de tapatíos hartos del gobierno panista.

La cabeza al cubo de hoy

Los malos de la película

Haga usted de tripas corazón y prenda la tele. Busque noticieros nacionales, los de Televisa y tv Azteca. Aguántese las ganas de cambiar el canal a los siete segundos. Soporte las interminables ristras de anuncios que ofrecen todas las porquerías que usted en realidad no necesita. Tolere la petulancia de conductores y presuntos analistas. Trague la rabia que le van a provocar el cinismo, la zalamería, la hipocresía durante las entrevistas a políticos, sobre todo ahora que pululan candidatos por todas partes tal que larvas de mosca, y más si resulta que el entrevistado es de esos politicastros ligados a grupos de poder, a la oligarquía o al clero. Asimile todo. Deje que le haga la digestión aunque le den basca y retortijones. O igual véalo todo esto como lo ve todos los días: cómodo, cotidiano, sin espíritu crítico, dejándose llevar, modorro.

Ahora dígame quiénes son los malos de la película. Le ayudo: en noticias internacionales los malos son el presidente de Corea del Norte, el de Irán, el venezolano Hugo Chávez y sus correligionarios del sur, el ecuatoriano Correa, la chilena Bachelet, el presidente de Bolivia, Evo Morales, la de Argentina, Cristina Fernández, y menos, pero también, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula de Silva. El lado rojo del mundo si obviamos a los cubanos hermanos Castro. Puros mandatarios de izquierda, moderados algunos, radicales otros, pero todos, eso sí, aunque también en una variopinta gama de intensidades, en desacuerdo con las preceptivas leoninas que dictan los bancos estadunidenses y sus redes de poder imperial. La izquierda recalcitrante. Los dogmáticos del gulag.

Del otro lado en una vasta colección de poderes y pecados históricos estaría lo que mal llamamos Occidente. Estados Unidos y sus satélites lamentables, como nuestro México hoy, y algunas potencias de Europa y Asia, como Alemania o Francia y Japón. Con los chinos no se mete nadie. Para Occidente, sinología ha devenido en sinónimo de respeto acobardado. Allí sí que nadie menciona que si los derechos humanos esto o aquello, primero porque, según parece, China es el coloso comunista más capitalista del mundo, y segundo porque se pueden enojar los chinos. Allí sí nadie rezonga por una prueba de misil balístico, o por el desarrollo de más sofisticadas maneras de rostizar al prójimo, ni por las redes internacionales de contrabando. Para qué pinchar al monstruo.

Pero con los otros, casi todos paisitos, tolerancia cero. Pinches países comunistas, de locos, de forajidos que se enriquecen del trabajo de la gente decente, de sus ahorros perdidos. La televisión mexicana ya no necesita ser explícita ni presentar pruebas de sus dichos; ha sido durante tanto tiempo el brazo propagandístico de la derecha que ya basta con hacer un gesto, una sonrisita ponzoñosa, una mueca de ya veremos para descalificar a la izquierda, a cualquier izquierda. Han hecho de izquierda sinónimo de horda, cuando en la izquierda lo que debemos encontrar es comprensión, solidaridad, tolerancia, pluralismo, misericordia, conceptos todos que en la televisión mexicana, en su ideario de intransigencia significan nada, pérdida de tiempo, incomodidad.

Puertas adentro la cosa es igual. El malo es Andrés Manuel, un hombre coherente y honesto al que odian millones de mexicanos porque desayunan y comen y cenan todos los días la basura que les sirven la televisión y la radio, los Lorets de Mola, los Pedro Ferriz, los Alatorre o Ayala o Téllez o Arce o como quiera llamarse sucesivamente el palafrenero, el amanuense, el escuderito del empresariato mediático, el alecuije de la televisión siempre al servicio del sistema político sin importar que sea sinónimo de abuso, de mediocridad, de arribismo, de transa y de un sofisticado maquillaje con el que intentar pasar por alto nuestra horrible realidad mientras se pueda seguir mamando del erario.

Allí vienen las elecciones. Allí vienen las mentiras arropadas con cinismo multiplicador de promesas. Allí viene la mierda. Allí la intención derechista de borrar a la izquierda incómoda instalando un bipartidismo lo mismo lamentable que inadmisible, allí el falso debate de los mafiosos ya puestos de acuerdo. Allí, otra vez, increíblemente, el fraude electoral.

Allí millones de mexicanos que creen que están convencidos de que en lugar de arreglar las injusticias históricas hay que borrar a la izquierda, a sus líderes carismáticos, porque son un peligro para México. Para el México de sus patrones.

Porque lo dijo la televisión. O un cura.